De pronto invadimos nuestra casa con sillas de oficina, monitores, computadoras portátiles, estabilizadores, repetidores de wifi por todos lados; es decir, convertimos un espacio físico de nuestra casa en una porción de oficina. Sin embargo, con el pasar del tiempo no sólo invadimos nuestra casa, sino también nuestro hogar, le pedíamos a nuestros hijos, familiares o incluso vecinos que no hagan tanto ruido, destruimos la estética hogareña por un estilo mas laboral; reemplazamos las charlas y cafés de la oficina por caminatas, conversaciones o incluso televisión con nuestros familiares, la tensión laboral ahora estaba en nuestra casa.
Poco a poco fuimos aprendiendo que nuestra concentración era la clave de la productividad y de los resultados; nuestros días laborales se transformaron de días en horas a días en resultados, transformando 8 horas diarias en 10, 12 o 14 horas en algunos casos.
Los empleados tenían que encontrar la manera de destacarse para crecer, para conseguir una promoción, para sobresalir en un mundo remoto; y el costo era invadir nuestra casa y no sólo eso, sino también invadir nuestro hogar.
Luego del trauma y acomodo en nuestro hogar, se inicia la vuelta a las oficinas, algunos listos y otros no tan preparados debemos volver mas fuertes y mas inteligentes, habiendo aprendido a que el hogar no es nuestra oficina, que debemos aprender a respetar nuestro espacio, a respetar nuestra casa. También hemos aprendido, que es muy distinto trabajar por horas que por resultados; que hoy más que nunca las empresas necesitan de talento, de capital humano para juntos pasar esta crisis sanitaria mundial. Ahora entiendo los esfuerzos que hacen las oficinas de clima y recurso humano para intentar transformar las oficinas en ambientes cómodos para elevar la productividad, entiendo por qué quieren que nos sintamos en casa, entiendo por qué los equipos son como una familia.
Si nos toca volver a la presencialidad, volvamos con fuerza, concentrados; luego de esta experiencia hagamos un trabajo inteligente, una oficina inteligente, un equipo inteligente; y no volvamos a llevar la oficina a nuestro hogar, podríamos perder lo más valioso de nuestras vidas, podríamos perder el perfecto balance entre el trabajo y nuestra casa.
Blog de Jimmy P. Tsujita 